Encontrar paz en medio de una ciudad grande es una algo que
me encanta. Tener esa sensación de libertad y tranquilidad en medio del caos
sabe diferente. Mi segundo día en Barcelona se dividió en dos partes. El brunch
en el hotel Claris (del que os hable aquí) y una vuelta por Barcelona muy
tranquila con Pelayo y Juan. Caminamos toda Gracia, pasamos por Via Laietana y
llegamos a la playa (gracias P por insistir!). Nos sentamos en la arena (hacia
mucho lo hacía a pesar de tenerla al lado) y disfrutamos de la tranquilidad y
normalidad. A veces no hace falta nada más para disfrutar y llenarte un poco el
alma. A la vuelta a nuestros respectivos hoteles Juan nos llevó a tomarnos un
café a no se que hotel, no recuerdo muy bien donde estaba, solo recuerdo la
terraza; diminuta, vacía y llena de energía. Un té y vuelta a casa, a Las
Palmas, con un sabor de boca excepcional. Una tarde en la que sentí la
belleza y la energía de Barcelona, esa energía que un día me hizo enamorarme de
ella.
Me encanta la combinación que has hecho con el vestido de flores y el toque rockero. Fenomenal!!
ResponderEliminarBesitos bonitos
Que chulas las fotos, estas muy guapa
ResponderEliminarbesos
Hace poco que descubrí tu blog y estoy completamente enamorada! Me encanta el toque rockero que le das muchas veces a los looks y sobre todo que demuestres que no hace falta gastarse un dineral en ropa para ir mona. Enhorabuena por el blog!
ResponderEliminarPor cierto, el vestido de dónde es?
Besos